Lee Kuan Yew, ‘el nobel de la ciudades’ y Fundación Metrópoli: 10 años de innovación urbana

Hace 10 años cuando Alfonso Vegara, Presidente de la Fundación Metropoli, contribuyó en la ciudad de Singapur al nacimiento del Lee Kuan Yew World City Prize quizás no era muy consciente que en pocos años sería considerado internacionalmente como ‘el nobel de las ciudades‘. Su presencia en el jurado le ha permitido durante esos años una experiencia fascinante en torno a aquellas ciudades del siglo XXI que definen la innovación y la excelencia en el diseño urbano de nuestro tiempo.

El premio Lee Kuan Yew es un galardón internacional que se entrega cada dos años desde 2010 y premia las contribuciones sobresalientes en materia de urbanismo y sus efectos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Se trata de reconocer la calidad del liderazgo y la vocación colectiva de innovación y transformación urbana de ciudades excepcionales que llegan a ser una referencia a escala global. Son ciudades que han demostrado su capacidad para transformar el entorno y crear comunidades, aportar respuestas desde una perspectiva económica y social y además, hacer todo esto desde un enfoque estético y creativo.

Entrevista con Alfonso Vegara

¿Qué tipo de políticas urbanas son las más reconocidas por los Lee Kuan Yew World City Prize?

La primera ciudad premiada fue Bilbao, especialmente por el proceso de renovación urbana en torno a la Ría. En este caso más incluso que el “Efecto Guggenheim” se valoró el “Efecto Bilbao” con un proyecto ciudad consistente que se mantiene vivo durante varias décadas al margen de las alternancias políticas. En este contexto, instituciones como Bilbao Ría 2000, un referente de partenariado publico-público fueron determinantes, y también se valoró de manera especial la integración de la visión urbana de Bilbao en el marco de la visión regional de EuskalHiria como una ciudad región policéntrica liderada por las tres capitales vascas de Bilbao, San Sebastian y Vitoria. Como en muchas ciudades premiadas el papel del liderazgo ha sido fundamental, y en el caso de Bilbao en concreto el papel del alcalde Iñaki Azkuna.

Las ciudades seleccionadas han demostrado de manera consistente durante un cierto periodo de tiempo una gran capacidad para innovar y para transformarse en un referente de los grandes retos que afrontan nuestras ciudades.

En el caso de Nueva York se premió el haberse transformado, tras el trágico evento de la destrucción de las Torres Gemelas, y tras una etapa caracterizada por el pesimismo y la desconfianza, en una de las ciudades con más creatividad y dinamismo en el mundo. Fueron destacables proyectos como la renovación del Meat Packing District, las transformaciones en torno al High Line, El Ground Zero, los procesos de peatonalización mediante urbanismo táctico en Broad Street, las iniciativas para atraer talento y universidades de alto perfil de nuevo hacia Nueva York etc. El trabajo del alcalde Bloomberg y su brillante equipo de gobierno fueron esenciales para conseguir estos resultados tan espectaculares de transformación urbana.

En el caso de Suzho se valoró, no solo el éxito conseguido en las estrategias de desarrollo económico y atracción de inversión hacia la ciudad, que fue realmente espectacular, sino también la sensibilidad por la estrategia ambiental de la ciudad, especialmente el sistema de canales y ríos, los avances en materia de renovación urbana de los distritos tradicionales y los esfuerzos en alcanzar unas cotas de equilibrio social muy altas en relación con el resto de las ciudades del país. La planificación integral de la ciudad en su entorno metropolitano y el excelente sistema de transporte público fueron también elemento clave de esta decisión. Hoy Suzho se ha convertido en el gran referente de las ciudades chinas en materia de desarrollo urbano sustentable.

La elección de Medellín para recibir el Premio LKY permite enviar un mensaje muy claro a las ciudades en países emergentes, que afrontan retos importantes. Quizá Medellín fuera hace unas décadas la ciudad más peligrosa del mundo y se ha convertido en el gran referente en temas de urbanismo social. En torno al concepto de “Ciudad para la Vida” se articularon un conjunto integrado de iniciativas que han tenido un éxito formidable en los nuevos destinos de la ciudad. El sistema integrado de transporte con Metro, Tranvía, Metrocable y autobuses que aspiran a lograr una ciudad mucho más integrada. El fortalecimiento de la vida social, los equipamientos y la recuperación del espacio público en las comunas más desfavorecidas fue clave. Destaca mucho en el modelo de Medellín el papel de las empresas públicas como EPM, Metro, Ruta N, etc. que juegan un papel esencial, y también, la larga tradición de colaboración entre el sector público y el sector privado.

En el caso de Seúl, se ha premiado a una de las ciudades más complejas e innovadoras de Asia. Los esfuerzos de Corea del Sur en general y de Seúl en particular por avanzar en una digitalización de la economía y de la sociedad han sido determinantes de los logros alcanzados. Una de las iniciativas y proyectos más impactantes fue el desmantelamiento de las “autopistas urbanas en doble piso” creadas en la etapa desarrollista y la recuperación de un antiguo riachuelo (Cheonggyecheon), que se había entubado anteriormente, y que se convierte en un parque urbano lineal que finalmente es el motor clave de la regeneración urbana y atracción de inversión y talento de la ciudad.

¿Qué factores van a definir el urbanismo de las próximas décadas?

Muchas de las cuestiones abordadas por las ciudades premiadas en el LKY World Cities Prize van a ser claves en el urbanismo de las próximas décadas. Temas como el liderazgo, la definición de proyectos inteligentes de ciudad de manera participativa, la visión a largo plazo, la sensibilidad ambiental, los retos en materia de equilibrio social y solidaridad, el entendimiento de las diferentes escalas del territorio, la importancia del diseño urbano, nuevos diálogos entre arquitectura y urbanismo, movilidad sostenible, arquitectura bioclimática, etc.

Sin embargo, las prioridades principales van a centrarse en la necesidad de acelerar la transición ecológica y digital en nuestras ciudades para abordar los retos de cambio climático, y muy especialmente, fortalecer la capacidad de las ciudades y los territorios para garantizar una mayor integración social y solidaridad intergeneracional. La tecnología va a ayudar en gran medida a lograr los retos de diseñar y construir las ciudades del futuro.